...los distintos mitos y definiciones construidos acerca del “deber ser” en cuanto a género, no solamente se alejan de la realidad de cada persona, sino que también están cargados de un sin fin de demandas sociales imposibles de cumplir.
POR: ANDRÉS FELIPE CABALLERO
14 de ENERO DE 2022
Pareciera que cuando se expone la
palabra “razones” comprenderíamos un listado de situaciones o de ideas
que pueden acercarnos a validar el por qué de la pertinencia en la actualidad
de hablar sobre el género y su multiplicidad de efectos de acuerdo con las
construcciones de significado que se han trazado en las culturas. Sin embargo,
de por sí esto es una imposibilidad. Las razones generalmente son variadas y no
se distinguen unas de otras, más bien en el caso aquí descrito, mencionaré
algunas ideas respecto a discusiones que se han tenido en otros espacios, de
las cuales he tenido la fortuna de participar y describir. Diálogos que permiten
identificar y reafirmar la pertinencia de conversar sobre el género y sus
facetas complejas, que determinan el ámbito de lo humano, lo social y la
posibilidad autónoma de decisión en el sujeto.
Conversaciones vigentes y que
incluso su desarrollo se ha atrasado a través de los tiempos, prolongando una
sucesión de cotidianidades poco interrogadas o interpeladas. La pregunta y el
interrogante sobre todo lo cotidiano, y favorecer en el trabajo imaginativo, la
creación de lo nuevo, la invención en las posibilidades de estar, de sentir, de
vivir y de hacerse cargo de un relato propio, como propio pueden ser sus
cambios.
En la cultura contemporánea o en las
formas en que se va desarrollando la cultura, sus discusiones, movimientos o
estrategias comerciales y de mercado, en donde se gestionan diversos intereses;
pueden ser políticos, legales o subversivos ante los discursos, la misma
cultura o las formas en que se ejerce el poder, ha hecho resonar cantidad de voces
y nuevas estructuras. Por ejemplo, se podría empezar con el feminismo,
convirtiéndose poco a poco en una voz que retumba socialmente, que a su vez ha
devenido en la creación de diversas formas de discurso frente a la mujer, el
género y siempre: el cuestionamiento hacia el poder.
En este cuestionamiento, la pregunta
¿por qué hablar de feminismo hoy? Inquieta, y no solamente hacia la
evocación sino a la provocación. Entre las discusiones y lo que esto puede
provocar considerablemente, una mirada hacia las formas de poder que nunca
había sido escenario de duda de forma colectiva. Esta pregunta que surgió en
algún espacio de conmemoración del “día de la mujer” en una institución
católica de la ciudad de Cali y en un escenario de celebración, facilitó de
forma instantánea evidenciar algunos imaginarios y construcciones cotidianas
frente a lo que se cree, debe ser un “sentirse bien” en la mujer
celebrada, un regalo que se da en “su día”, además de toda la vertiente
conservadora y costumbrista de los rituales religiosos mayoritariamente en la
ciudad y la cultura occidental.
Podría pensarse que esta cantidad de
factores pueden dificultar la posibilidad de abrir un espacio de debate, sin
embargo esta puesta en escena de forma instantánea pudo configurar un devenir
de dialogo entre aquello que se cree, debe ser motivo de celebración y la
proposición de un interrogante frente a los diferentes roles configurados en la
sociedad hacia la mujer y como este discurso de poder asumido, da lugar a la
construcción de estructuras que se introducen en el imaginario colectivo e
individual, haciendo propias las definiciones de otros, sin posibilidad de la
duda. Justamente este escenario puede permitirse un espacio de cuestionamiento
a la institucionalidad desde el interior de sus instituciones.
De acuerdo con lo anterior, en las
definiciones de otros (cultura, familia, sociedad) sobre el género y en esta
primera descripción, frente a consideraciones del ser mujer y lo que “ella
necesita y quiere para estar bien”, puede usarse como forma de
cuestionamiento acerca de ¿Quién puede decir “qué necesita y quiere para
estar bien” determinada persona?, en donde tal vez podríamos encontrar una
alianza entre, lo que “ella necesita y quiere- lo define ella”. En esta
escritura que erróneamente podríamos considerar fácil de realizar, solamente
surge a partir de la posibilidad de compartir y generar invenciones desde las
distintas experiencias personales, desde la cual pareciera que la posibilidad
de discutir frente a las definiciones que otros dan y que se ha mantenido como
obviedad, puede llevar a considerar el poder autónomo de la persona de
construir sus propias definiciones frente a si misma sobre el tema de género.
Al respecto del tema de género y las
definiciones que habitan el colectivo y el singular, incluso colocando como
ejemplos lo llamado masculino y femenino, se abre paso en las distintas
experiencias, la imposibilidad de definirlo. Se culminan varios grupos de
discusión con esta misma inconclusión, la incapacidad generalizada al cabo de
la reflexión, de definir las diferentes formas de género. Sin embargo abundan
de primera mano “el deber ser” de cada uno de los tipos de género
existentes, lo cual resulta interesante, pues en las resonancias de diferentes
voces, se descubre la invención de mitos arraigados a la historia, la familia,
la cultura y las instituciones, en la cual los sentidos que solo se construyen
a través de las experiencias, los sentires, las palabras terminaron siendo
aceptadas como característica preliminar de todo ser humano, determinado por
vertientes evolutivas como la descripción corporal.
Es justamente cuando se visibilizan algunas
definiciones sobre género que se han construido cotidianamente y las experiencias,
sentires y vivencias de cada sujeto, aparece la contradicción en los
significados, en donde pareciera ser que los distintos mitos y definiciones
construidos acerca del “deber ser” en cuanto a género, no solamente se
alejan de la realidad de cada persona, sino que también están cargados de un
sin fin de demandas sociales imposibles de cumplir. Y resulta importante porque
es precisamente en esta contradicción, en la que se visualiza la multiplicidad
de definiciones que se pueden construir, inventar, crear y otra forma de
relación del sujeto frente a su historia de vida.
En esta interrogación a los
diferentes discursos de poder que abundan sobre el género, en la que la duda
frente a lo que llamamos lo “normal” se vuelve cada vez más imposible
ante la incapacidad de definiciones generalizadas, y sumado a esto, la
posibilidad de la invención subjetiva heterogénea en un mundo marcado por la
certidumbre, la efectividad, la planeación y la mecanización de la vida
cotidiana de acuerdo a patrones corporales, permite pensarnos incluso las
elecciones y decisiones como un “arte”, en la cual el velo de lo normal
entra en cuestionamiento y la multiplicidad de construcciones de sentido como
una apuesta creativa del sujeto en su relación con sus gustos, deseos y escenarios
para vivir.
Los espacios en los cuales se
discute, conflictúa, se piensa y se construye a partir de los diálogos frente
al género y su arqueología en las definiciones y significados, propicia
entonces una discusión sobre las elecciones incluso de formas, proyectos y
posibilidades de vivir, puesto que los lugares en los cuales estas definiciones
prestablecidas anteriormente mencionadas han tenido relevancia, ha permitido la
configuración de roles tanto al interior de la familia, los escenarios laborales
y las posibilidades de elección de acuerdo a un “ideal” de género,
dispositivos académicos, roles “esperados” en las relaciones amorosas en sus
múltiples formas, etc. Y sus efectos derivan en otras posibilidades de
construcción creativa de elecciones y por lo tanto es revolucionario en un
mundo que oferta innumerables decisiones prestablecidas.
La vigencia de los diálogos acerca
del género y los escenarios en los cuales sus efectos retumban, se convierte en
un espacio tan pertinente no solo desde las temáticas relacionadas a
determinada orientación sexual, la discriminación y los derechos, sino también
en la construcción de autonomía, creatividad e invención en la posibilidad de
decisión y elección de vida más allá de patrones preestablecidos, asimismo la
cercanía con diálogos en cuanto al placer y el deseo más allá de la “amenaza”
en la mirada de los otros.
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